Boleto Combo Palacio Barberini + Galería Corsini

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Después de más de 60 años, abre sus puertas Palacio Barberini, para mostrar la magnífica residencia barroca y los tesoros de la Galería Nacional de Arte Antiguo. 34 salas y una colección permanente de casi 500 obras, como las de grandes maestros de la pintura italiana y extranjera, como Rafael y Caravaggio, y las obras del siglo XVIII que por motivos de espacio yacían en los depósitos del museo: obras maestras de Batoni, Mengs, van Wittel, Canaletto y Carriera, finalmente expuestos al público. Un recorrido que termina con la espléndida sala de las columnas, con la gran fuente de Bacco y cuyas decoraciones naturalísticas parecen reflejarse en los jardines adyacentes; un tesoro escondido durante medio siglo en el Circolo Ufficiali, que lo había destinado a cocinas y depósito, y devuelto a su belleza gracias ala magnífica restauración de Laura Cherubini.

La colección Corsini es la única pinacoteca romana del siglo XVIII que llegó intacta a nuestros días, y constituye el núcleo principal de la Galería Nacional de Arte Antigua de Roma. La colección fue iniciada en el siglo XVII por el cardinal Neri Corsini, a la que se agregaron materiales provenientes del ramo de la familia que se había establecido anteriormente en Roma, compras directas del Papa Clemente XII cuando era aún cardenal, y de su sobrino, junto con numerosos regalos recibidos por la familia. La Galería presenta pinturas del siglo XIV al XVIII, especialmente de autores de los siglos XVII y XVIII, esculturas antiguas y modernas, bronces y muebles del siglo XVIII. La colección tiene importantes ejemplos de escuela romana, napolitana y boloñesa, sobre todo del siglo XVII, con importantes núcleos de "bambocciantes" y paisajistas- Conserva obras de Beatro Angelico, Caravaggio, Rubens, Murillo, Luca Giordano, entre muchos otros.

El museo, que ocupa casi totalmente el primer piso del palacio, contiene obras de grandes maestros de la pintura italiana y extranjera, del siglo XIII al XVIII, entre los cuales se encuentran Rafael y Caravaggio. El segundo piso contiene una colección de pinturas del siglo XVIII. La familia Barberini había ya iniciado a deshacerse de sus colecciones en el siglo XVIII con las ventas de la ultima descendiente, Cornelia Costanza, esposa de Giulio Cesare Colonna di Sciarra. Los problemas de herencia de los hijos que tuvieron que dividirse el patrimonio Colonna y Barberini, llevaron a una división de las colecciones entre los dos ramos de la familia, con un acuerdo estipulado en París en el 1811. Solo en el 1934 se completó la dispersión definitiva de las colecciones, con la aprobación del Estado, que, con una ley específica, permitió la venta de las obras del fideicomiso a cambio de un pequeño núcleo de propiedades, renunciando a la tutela de una de las más importantes colecciones romanas. En el 1984 fue posible regresar a su sede histórica la colección Corsini, y, llevando todas las obras provenientes de compras o colecciones sin sede histórica al Palacio Barberini. La idea era crear en esta sede una Galería Nacional en el verdadero sentido de la palabra, con un orden cronológico pero con la posibilidad de incluir en el recorrido compras e integraciones, con un concepto diferente del de las colecciones históricas de Roma, con una estructura más parecida a los grandes museos extranjeros, y, como ellos, dotada con todos los servicios más a la vanguardia. La colección es riquísima de obras maestras, sobre todo de los siglos XVI y XVII. El siglo XV está incompleto, pero resalta la fundamental pintura de Filippo Lippi con la Virgen en Trono con Niño, del 1437. Entre la colección del siglo XVI destaca la famosa Fornarina de Rafael, además de pinturas de Andrea del Sarto, Beccafumi, Sodoma, Bronzino, así como obras de Lotto, Tintoretto, Tiziano y El Greco, hasta obras de la escuela de Bolonia y el fin de siglo representado por Judith que corta la cabeza a Oloferne de Caravaggio. Del siglo XVII, encontramos obras de Reni, Domenichino, Guercino, Lanfranco, Bernini, Poussin, Pietro da Cortona, Gaulli y Maratta. La colección del siglo XVIII se articula en núcleos por escuela, que dan un panorama completo y homogéneo de la pintura italiana del periodo, que incluye además un raro núcleo de pintura francesa.

La sede La Galería Nacional de Arte Antigua se encuentra en el primer piso del ala sur de Palacio Corsini. El edificio fue construido por la familia Florentina tras la elección a Papa del cardenal Lorenzo - Papa Clemente XII (1730-1740). La prestigiosa residencia era, a partir del 1659, en la residencia de la reina Cristina de Suecia (1626-1689), que llegó a Roma en el 1655 tras su conversión del luteranismo al catolicismo y su consiguiente renuncia al trono. Alrededor se su carismática figura se reunió la Academia Real, uno de los círculos intelectuales más importantes de la época, frecuentado por escritores, científicos y artistas. Testimonios de la presencia de la reina en el palacio son aún la Alcoba de la Reina Cristina (sala 5), único ambiente del recorrido del museo que conserva los frescos en estilo grotesco de finales del siglo XVI con las Historias de Moisés y Salomón. La colección La colección Corsini es la única pinacoteca romana del siglo XVIII que llegó intacta a nuestros días. En el 1883, la familia Corsini vendió al Reino de Italia el palacio de Via della Lungara y donó toda la colección de pinturas, bronces y mármoles que conservaba, con la cláusula de hacer público tal patrimonio. La colección Corsini constituye el núcleo principal de la Galería Nacional de Arte Antigua de Roma, la prima galería nacional italiana. En realidad, fue fundada 10 años después, tras las compras Torlonia y Monte de Piedad (1892), con la intención de parte del nuevo estado de dotarse de un instituto para salvaguardar un patrimonio de valor inestimable, sobrevivido hasta entonces bajo la tutela de la Iglesia, garantizando la exposición pública. Gracias a varios inventarios durante los siglos XVIII y XIX fue posible reconstruir la historia de la colección, formada por un gran número de obras principalmente del siglo XVIII. La colección más antigua proviene de Florencia, gracias a la actividad del marqués Bartolomeo (1622-85) y su hijo Filippo (1647-1706). Una parte de este núcleo - alrededor de 30 pinturas - fue trasladada a Roma por el "cardinal nepote" Nei Maria Corsini (1685-1770) en la nueva residencia de Via della Lungara, e incluía 2 pinturas de Carlo Dolci, algunas "bambocciate" de Michelangelo Cerquozzi y una Virgen con Niño de Andrea del Sarto. A estas, se agregaron otras pinturas provenientes del fondo romano de la familia, formado por 3 diferentes colecciones de monseñor Ottavio (1588-1641), el cardenal Neri (1624-1679), tío de Clemente, y del marqués Neri (1577-1632). La colección fue completada por las obras de propiedad de Clemente XII, así como compras directas del cardenal Neri Maria (1685-1770). Las pinturas pertenecientes al Papa representan casi todas temas sacros, como El Matririo de San Andrés de Carlo Maratta, o modelos de virtudes morales como el Prometeo de salvator Rosa. Con la actividad de Neri Maria, la colección se enriqueció con obras de Caravaggio, Orazio Gentileschi, Guido Reni, Guercino, Francesco Albani, Sassoferrato y cuadros de la tradición véneta, romana y florentina del siglo XVI, como la Sagrada Familia de Fra Bartolomeo. A él se debe además la ampliación de la sección dedicada a los artistas extranjeros con la compra sobre todo de San Sebastián de Pieter Paul Rubens, y un mayor interés por la pintura contemporánea testimoniada por la presencia de Judith de Giambattista Piazzetta, comprada directamente al pintor veneciano, así como pinturas de paisajes de Paolo Anesi y Gaspard van Wittel. En época Napoleónica, algunas piezas fueron vendidas, incluyendo varios paisajes de Dughet - actualmente en Inglaterra -, algunas obras de Veronese, Albani, Garofalo, Sassoferrato, y un pequeño panorama de Claude Lorrain, sustituidos por otras compras. Tras la cesión del Palacio al Estado Italiano (1883) y la ampliación de la colección (enriquecida por obras provenientes de la colección Torlonia y el Monte de Piedad, como la copia de Canova de la Bailarina con dedo en la barbilla - atribuida a Luigi Bienamé - , o la Sagrada Familia con santos de Giovanni Coli y Filippo Gherardi), la Galería Corsini fue parcialmente desmembrada. Por necesidades de espacio y por el gusto de la época, dirigido a un nuevo auge del Renacimiento, muchas pinturas fueron puestas en los depósitos o conservados por entes públicos.

Una vez confirmada la visita, es posible cancelarla hasta tres días laboral antes y reembolsar el costo de las entradas no utilizadas menos el costo del servicio. Cancelaciones sucesivas y no shows no son reembolsables.