Visita guiada privada a Tivoli

Villa Adriana
La más grandiosa de las villas imperiales romanas fue realizada en Tivoli por el emperador Adriano, cuyo nombre se asocia a otros dos monumentos romano: Castel Sant'Angelo y el Pantheon, entre el 118 y el 134 DC. Espectacular complejo de edificios en estrecha y armoniosa relación con la naturaleza, Villa Adriana representa la máxima expresión del concepto de arquitectura como representación del poder y de la riqueza imperiales. La villa suburbana, ubicada al centro de un enorme terreno, era ya en tiempos de Augusto un verdadero status symbol, necesario para la imagen de cualquier gran emperador.

La villa es ya una obra excepcional solo por su tamaño. El complejo, que ocupa una área de alrededor de 300 hectáreas, de las que solo una quinta parte es visible, era una verdadera ciudad. Una empresa enorme, dado que su construcción, mantenimiento y administración garantizaron a la cercana Tibur, la actual Tivoli, un perído de gran desarrollo y prosperidad. Además de la residencia del emperador, el complejo incluía un teatro, un estadio, dos termas, una biblioteca, varias salas de recepción, pórticos, gimnasios y hasta un lago con isla artificial.

Un gran parco rodeaba las varias construcciones, cuyas fantasiosas arquitecturas se reflejaban en espejos de agua. En su interior se podían distinguir una área estrechamente privada y una pública, que a su vez se distinguían por niveles jerárquicos (los destinados al emperados, al personal de rango, y a la servitud). Un eficiente sistema de recorridos unía los niveles y los varos edificios, sea en superficie que bajo tierra, en los más de 4 km de pasajes subterráneos. Las pocas vías de acceso eran severamente vigiladas e imponentes muros de contención - cuyos restos son aún visibles cerca del gimnasio y la valle de los templos, volvían la villa segura como una fortaleza.

Villa d'Este

Villa d'Este, con su famoso jardín a la italiana y su maravilloso patrimonio de árboles, fuentes y grutas, representa una verdadera joya del manierismo y del barroco italianos. Construida a mediados del siglo XVI por el cardenal de Ferrara Ippolito II d'Este, riquísimo y refinado humanista, así como hijo de la famosa Lucrezia Borgia, la villa fue ideada como gemela del espléndido palacio que el cardenal estaba realizando en el centro de Roma, en Monte Giordano.

La fama de la villa se debe al esplendor de su jardín, que es uno de los más famosos jardines italianos existentes. Pasa su realización fue demolido un entero distrito de la ciudad de Tivoli. Está articulado en una serie de terrazas y laderas, unido a un sistema de fuentes alimentadas por el agua de los varios canales abductores del río Aniene que atravesan la ciudad. El sugestivo paisaje creado por los viales, inmersos en la rica vegetación de árboles y plantas, y de las innumerables fuentes (hay quinientos), han sido fuente de inspiración para poetas, arquitectos y músicos: por ejemplo, la famosa composición de Franz Lizst, Juegos de agua en Villa d'Este.

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